Un día mientras jugaban, sintieron, crac!! nooo!! gritó muy fuerte. El abanico. Mi ta-ta-ra abuela la trato de consolar pero no funcionó, siguió llorando. Cuando ya se había calmado le dijo mi abuela, vallamos con el cura Celestino. A lo mejor él te anima.Salieron juntas, entraron a la iglesia y dijeron: padre se ha quebrado el abanico.
- El de tu abuela?
- Si. Ese mismo. De ese abanico hablo.
- Mi niña querida, no interesa el abanico, vos a tu abuela la llevas en el corazón y eso no se romperá nunca.
- Gracias padre. Me ha alegrado el día. Adiós, y muchas gracias.Cuando llegaron a la casa de Florencia, la mamá les había cocinado unas ricas y sabrosas empanadas fritas.
Este cuento me lo relató mi abuela una vez que fui a su casa.
Edad: 9 años
que linda historia!!!
ResponderEliminarte felicito MICAELA...muy lindo como contaste lo que alguna vez te contó tu abuela...te felicito...me gusto mucho¡¡¡¡
ResponderEliminarMe gusto lo que escribiste Micaela! Cuando vas a escribir otro cuentito? Esta muy lindo! te felicito!
ResponderEliminaresta grandioso espectacular
ResponderEliminarte felisito micaela escribes muy lindo